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ALONSO GIL Critica José Javier Fernández
Conciencia callejera. Con la aparición de los movimientos neoexpresionistas, el arte contemporáneo actual está viviendo una vuelta a la materia, al objeto artístico en sí mismo, y al artista como sujeto creador que utiliza el arte para expresarse. Pero la mayoría de los artistas que han optado por seguir este camino, aunque han utilizado estos dos rasgos para realizar un nuevo tipo de obras -que además, se adecuan mejor a las leyes del mercado-, no se han alejado demasiado de los errores que cometieron con anterioridad las tendencias artísticas no objetuales: la falta de comunicación y de contenidos. Y es que cambiar de estilo, de forma de realizar las obras y el aspecto de las mismas, no es suficiente para poder aportar algo nuevo al panorama actual del arte contemporáneo. Alonso Gil ha reflexionado sobre estos aspectos. De hecho, su obra pictórica está en estrecha relación con algunas de las tendencias que han surcado el movimiento neoexpresionista. Pero como vemos en la exposición que ahora presenta la Galería DV de San Sebastián sobre su obra, Alonso Gil no se ha quedado en el gesto, su obra no sólo utiliza la materia y la expresión para adecuarse a las modas y las exigencias del mercado, sino para hacer algo tan simple pero a la vez difícil y fundamental para el arte como es comunicarse, contarnos historias, sentimientos y emociones. Para ello, utiliza dos rasgos olvidados por las tendencias artísticas predominantes en la segunda mitad del siglo XX: la realidad y el compromiso. La realidad, como fuente de inspiración básica y elemental, que surge de la observación física y directa de la vida que nos rodea y de concienciarse de que la nueva sociedad de la información globalizada está ocultando la realidad cotidiana y próxima. En cuanto al compromiso, en Alonso Gil, es, sin duda alguna, social y con relación al ser humano, a su situación en la vida, abordando temas actuales olvidados por el arte como son el del trabajo o la inmigración. En su pintura todos estos elementos son evidentes cuando utiliza el lenguaje figurativo sin reparos. Pero incluso cuando se acerca a la abstracción, de una manera lúdica pero irónica, jugando con las formas aunque sin ocultarse en los distintos planos que crea a través de las diferentes técnicas que utiliza, continúa haciendo referencias a la realidad, a la sociedad y al propio arte. Son éstas las obras en las que Alonso Gil experimenta, y son también para él necesarias ya que, sobre todo, se divierte. Pero donde el carácter lúdico aunque social con el que afronta Alonso Gil sus creaciones artísticas queda especialmente demostrado es en el vídeo "An Error Occurred". Este magnífico trabajo que comienza con un plano general de las Tres Mil Viviendas -uno de los barrios más marginales de Sevilla- y continúa con otro de la Virgen de la Estrella -uno de los símbolos del turismo, pero también de las creencias de la ciudad-, nos enseña a un grupo de marginados que utilizan su arte en la música y la destreza en la conversación para intentar buscarse la vida. Es una dolorosa pero bella mezcla entre pobreza y poesía, realidad y performance, que Alonso Gil graba sin artificios, con respeto, sin compasión pero sí con pasión. Y es que en estas imágenes vemos reflejada desde la Sevilla literaria de Cervantes en Rinconete y Cortadillo a la mágica y surrealista de la música de Veneno. Una Sevilla muy distinta a la imagen turística que de ella se da, pero también lejana a la visión de miseria que sin duda alguna existe. Alonso Gil conoce ambas e intenta con éxito conducir su cámara y su trabajo entre las dos, concienciándonos de su realidad pero también mostrándonos su arte. José Javier Fernández
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