Esta exposición
trata de una historia de amor que me sucedió en el
Sahara, un territorio de náufragos, devastado por el
olvido de occidente ante las ansias expansionistas de
Marruecos.
La muestra
presenta una serie de retratos realizados con tinta china
sobre papel amarillo, dibujos que reflejan un momento
compartido mientras ellos posaban, entregándome su tiempo
para que así yo les pudiera regalar mis gestos y mis
sensaciones.
Junto a los
retratos hay una tela roja, rota y desmembrada, chorreando
a modo de plasma sanguíneo, titulada sí sitio,
reflejo del amor al Sahara Occidental, que exorciza
la presencia de la guerra.
Esta muestra se
convierte en un proceso introspectivo por el cual revelo
mis sentimientos íntimos y hago partícipe a mi amante
actual de mi reconstrucción del pasado, hasta ese instante
oculto. Es esta reconstrucción la que me alivia de la
presencia de la guerra. Dolor que comparto con los
habitantes del Sahara Occidental
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